VOLVER A VOLAR

volver a volar
Poema escrito por: Olga Morales
Todo ocurrió de la forma en que no esperé,
de la manera que nunca entendí.
Pero así fue.
Hoy, sin nada que decir,
sin disfrazar el silencio,
sin dolor ni alegría,
sin melancolía ni rencor,
sin reclamos, solo procesando
los estragos, los despojos,
las heridas de un intento fallido,
de un brillo falso
que nunca supo alumbrar mi oscuridad.
Quisiera negar lo vivido,
creer que nunca fue real,
mirarme desde el otro lado de la ventana.
Pero no puedo.
Estoy aquí, atrapada detrás,
con ansias de huir tan lejos
que no me alcancen tus manos,
tus ojos,
ni tus labios teñidos de falsedad.
Hoy, como un pájaro herido,
con alas rotas por el temporal,
busco mi nido.
Pero ya no está.
Tal vez otros pajarillos lo usurparon,
tal vez el tiempo lo cambió.
Nada se parece al refugio
que un día llamé hogar.
Sí, cortaste mis alas,
robaste mi nido,
debilitaste mis pasos.
Pero no tocaste mi dignidad,
ni mi orgullo,
ni mi amor.
No venciste mi voluntad
de sanar mis heridas
y alzar el vuelo otra vez,
más fuerte,
más segura.
Hoy, renovada,
tengo más fuerza que ayer.
Mis alas han aprendido estrategias,
y ahora me dispongo a volar más alto,
muy lejos de ti.
Hoy no te digo «hasta luego»,
te digo un adiós definitivo.
Sin tregua, sin retorno,
me elevo para construir
un nido más firme, más mío,
donde nadie pueda robar,
ni mentir, ni usurpar.
Un lugar donde la verdad reine,
el respeto prevalezca,
y el amor sea eterno.
Unas palabras al lector.
Volver a volar
Este poema es una representación poética del proceso de sanación emocional. A través de la metáfora del vuelo, evoca el camino que recorremos al enfrentar una pérdida, una traición o una ruptura significativa. Inicia en la confusión y el dolor, avanza hacia la aceptación de lo vivido y culmina en la reconstrucción y el renacimiento.
Cada palabra refleja las etapas de un proceso terapéutico: el reconocimiento del daño, la liberación de las emociones contenidas, la resignificación de la experiencia y, finalmente, el empoderamiento para seguir adelante. Así como un pájaro herido sana sus alas para volar de nuevo, el alma también aprende a fortalecerse tras cada caída.
Este poema es un recordatorio de que, aunque el pasado pueda haber dejado cicatrices, siempre es posible alzar el vuelo una vez más, con más sabiduría, más fuerza y la certeza de que el amor propio es el verdadero refugio.